Cirugía de Elevación de Pecho: Mastopexia

Cirugía de Elevación de Pecho: Operación destinada a elevar, corregir la flaccidez o remodelar el pecho caído.

A través de las incisiones se extirpa el exceso de piel de la porción inferior de la mama. El pezón, areola y tejido mamario se remodelan en una nueva y correcta posición, más alta que la anterior.

En pacientes en que la caída o la flaccidez del pecho es mínima y con buena calidad de piel puede modificarse la técnica para eliminar la piel sólo alrededor de la areola y en su porción inferior en forma de V.

Incluso en caso muy seleccionados, se puede realizar la remodelación del tejido a través de una pequeña incisión localizada en el surco submamario, remodelándose la piel con el sujetador en el mes siguiente.

En ocasiones, la operación se realiza conjuntamente con un aumento de volumen, para lo cual se colocan unas prótesis mamarias, si bien la combinación de estas dos intervenciones conlleva una mayor dificultad técnica debiéndose estudiar muy detenidamente la conveniencia de la misma.

Duración:

De dos a tres horas

Anestesia:

Local con sedación o general.

Ingreso:

Ambulante o a lo sumo veinticuatro horas.

Síntomas:

Inflamación y hematomas.

Recuperación:

Incorporación laboral: una a dos semanas,

Ejercicio: un mes y medio.

La operación suele efectuarse con anestesia general o anestesia local acompañada de sedación. La medicación en este caso tiene por objeto quitar la tensión del paciente permitiéndole estar confortable durante la intervención. Las incisiones se hacen alrededor de la areola, por debajo de ella y a nivel del surco debajo del pecho (T invertida). A través de las incisiones se extirpa el exceso de piel de la porción inferior de la mama. El pezón, areola y tejido mamario se remodelan en una nueva y correcta posición, más alta que la anterior. En pacientes en que la caída o flaccidez del pecho es mínima y con buena calidad de piel puede modificarse la técnica para eliminar la piel sólo alrededor de la areola y en su porción inferior en forma de V. Incluso en casos muy seleccionados, se puede realizar la remodelación del tejido a través de una pequeña incisión localizada en el surco submamario, remodelándose la piel con el sujetador en el mes siguiente. En ocasiones, la operación se realiza conjuntamente con un aumento de volumen, para lo cual se colocan unas prótesis mamarias, si bien la combinación de estas dos intervenciones conlleva una mayor dificultad técnica debiéndose estudiar muy detenidamente la conveniencia de la misma, debido a la complejidad de esta intervención combinada, así como a la mayor incidencia de complicaciones de la misma y al antagonismo de ambas (una requiere la eliminación de piel, la otra necesita piel para alojar el implante), o al diferente comportamiento de ambos componentes que van a constituir la nueva mama, (glándula y prótesis) etc., en muchas ocasiones es aconsejable no asociarlas y realizarlas en dos tiempos

Al finalizar la intervención se coloca habitualmente un vendaje que se mantiene por unos días, sustituyéndolo posteriormente con un sujetador. La duración de la operación puede variar de acuerdo con cada caso individual, siendo aproximadamente de dos a tres horas.

En el postoperatorio, las molestias, si existen suelen ser mínimas y fácilmente controlables con la medicación habitual. La paciente es dada de alta en la clínica al día siguiente. Durante la primera semana el vendaje es cambiado por un sujetador de unas determinadas características que deberá llevar durante varias semanas.

La inflamación y equimosis (cardenales) van desapareciendo gradualmente en los primeros días. Las suturas que se emplean son habitualmente reabsorbibles e internas, por lo que generalmente no hay que quitar puntos. Las cicatrices tienden a estar enrojecidas durante los primeros meses, mejorando notablemente con el paso del tiempo, quedando en cualquier caso ocultas por el traje de baño o ropa interior. En algunas personas con tendencia a hacer cicatrices menos estéticas, éstas podrían ser de peor calidad e incluso requerir tratamiento adicional (presoterapia, cremas de corticoides, etc.), con objeto de conseguir un mejor aspecto de las mismas. Aunque la paciente pueda sentirse bien en uno o dos días tras la operación, conviene evitar esfuerzos durante tres semanas. La decisión de cuando volver al trabajo o a las actividades normales dependerá de cada caso particular, en función de la rapidez de cicatrización, de cómo se encuentre la paciente, características del trabajo, etc., por lo que habrá que individualizar la misma.