Abdominoplastia (Cirugía del Abdomen)

Intervención de estiramiento de abdomen que se realiza principalmente para quitar el exceso de piel y grasa acumulada en la parte baja del abdomen y reforzar la pared abdominal, que no se corrige habitualmente mediante ejercicio y dieta.

Asimismo tras los embarazos o pérdidas de peso notables, los músculos abdominales se debilitan y la piel de esta zona se torna fláccida. En estos casos, la abdominoplastia puede reforzar la pared abdominal y extirpar el exceso de piel. En caso de excesos de tejido considerable, ocasionado tras grandes pérdidas de peso, así como en personas con vientres muy abultados y grasos, se requerirá una intervención más radical.

Existe una versión reducida que denominamos Miniabdominoplastia para casos limitados.

Duración:

De dos a tres horas.

Anestesia:

Epidural o general.

Ingreso:

Dependiendo de las circunstancias individuales y de la extensión de la cirugía de uno a cuatro días.

Recuperación:

Incorporación laboral: de dos a tres semanas.

Ejercicio: dos meses

La operación se realiza bajo anestesia general o regional y requiere una hospitalización mínima  de dos o tres días. La intervención dura aproximadamente de dos a tres horas, dependiendo de cada caso. Hay diferentes posibilidades de realizar una abdominoplastia. La técnica más común utiliza una incisión transversal a lo largo de la parte baja del abdomen, por encima de la zona pubiana. Otra incisión es necesaria para liberar el ombligo de la piel de alrededor. La piel se separa de la pared muscular abdominal y se eleva hasta el nivel de la pared costal para poder estirarla convenientemente. Al mismo tiempo se realiza una reaproximación de los músculos abdominales, que suelen estar distendidos, consiguiendo un reforzamiento de la pared abdominal y un estrechamiento del abdomen a nivel de la cintura. El exceso de piel y grasa se extirpa y se abre un pequeño orificio para extraer el ombligo en su nueva localización, que coincide con la anterior. Los puntos suelen ser internos y reabsorbibles, por lo que no requieren quitarse habitualmente.

Durante la cirugía se toman medidas dirigidas a la prevención de los riesgos y posibles complicaciones derivadas de la inmovilización durante la cirugía. Estas medidas constan de almohadillado de todas las prominencias óseas para prevenir síndromes neurológicos por compresión, así como el uso de medias de compresión fuerte asociadas a un sistema neumático de compresión discontinua para mantener, un buen retorno venoso.

Tras la cirugía hay molestias y tensión que son fácilmente controlables con la medicación adecuada.  Para una buena y más precoz recuperación, es importante el tratamiento del dolor agudo postoperatorio. Para ello en muchos casos se pauta, junto con el Servicio de Anestesiología y Reanimación, una perfusión continua de analgesia, normalmente durante las primeras 24/48 horas, con ello conseguimos un mayor confort del paciente y consecuentemente una movilización precoz que disminuye algunas complicaciones postoperatorias.

El paciente permanece los primeros días con las caderas flexionadas para evitar tensión en el área abdominal, aunque es importante la deambulación precoz desde el día siguiente de la intervención. El vendaje inicial consiste normalmente en una faja adecuada que mantenga la compresión, recomendándose llevar algún tipo de sujeción por un espacio prolongado (de dos a tres meses). Independientemente de la calidad de la sutura, las cicatrices tienden a ser permanentes, por lo que se procura dejarlas en zonas ocultas por el bikini. Su grado de mejoría dependerá de la cicatrización individual del paciente. La maduración y aplanamiento de las cicatrices comienza a partir de los cuatro-seis meses.

Para permitir un postoperatorio adecuado, el paciente debe evitar actividades rutinarias durante tres o cuatro semanas, si bien estos plazos dependerán de la evolución de cada caso.

La complicación más frecuente ( 3 %) suele ser el seroma o acumulo de líquido, que puede requerir drenaje en determinados casos según el volumen del mismo.

En algunos casos, la realización de una abdominoplastia o estiramiento de la piel con resección cutánea y grasa, puede sustituirse por una liposucción, si el problema es básicamente por acúmulo de grasa o por una combinación de ésta y una mini-abdominoplastia, si la redundancia de la piel no es muy marcada.